01 de Septiembre del 2006
Mi vientre parió moradas mariposas que alimenté con savia pura de abeja y me transformé en Olmo para defender los frutos y ni sequías ni tempestades arrancaron mi tronco de la tierra. Cantaron muchas primaveras con sus inviernos, maduraron los higos y a la vida cayeron y se olvidaron de este árbol
julieta, 27 años, fotógrafa.
Hace 9 años
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