jueves, 19 de noviembre de 2009

GENERAL FELIPE ANGELES: que viva la Revoluciòn!

Si de algo està necesitado hoy dìa nuestro Mèxico es de hombres y mujeres cabales, que tengan sentido de la justicia, que guarden equilibrio, que tengan fortaleza y empuje que a Felipe Angeles, general de mi admirado General Francisco Villa le sobraba; era su brazo derecho en quien confiaba sus batallas debido a su inteligencia y fidelidad. Grandes hombres unidos por un ideal, dispuestos a morir por la causa revolucionaria y como suele suceder poco reconocimiento a èstos guerrilleros natos que dieron su sangre porque la naciòn Mexicana viviera mejor. Siempre digo que si resucitaran se volverìan a morir, viendo el caos violento en que està sumido el paìs; la pobreza de miles, el desempleo y explotaciòn. Ahì les dejo su biografìa y un corrido con la garganta de oro, Chavela Vargas para que sepan quien era este valiente de la raza de bronce.

Felipe Ángeles nació en Zacualtipan, Hidalgo, en algún tiempo se consideró que había nacido en Molango, al grado que ese pueblo fue quemado por tropas carrancistas el 6 de diciembre de 1914, por ser Ángeles uno de los más destacados soldados de la División del Norte.
Sin embargo, en el libro original de actas de nacimiento del Registro Civil de Zacualtipán, aparece que el día 13 de junio de 1968 a las 11 de la noche nació un niño a quien se registró con el nombre de Felipe de Jesús Angeles Ramírez, siendo hijo natural del Coronel Felipe Angeles y de Doña Juana Ramírez.
Desde niño se adivinaba en Ángeles un carácter solitario y soñador, su comportamiento en casa siempre fue de rectitud y patriotismo. Realizó sus estudios primarios en Huejutla, Molango y Pachuca. Se fue al Colegio Militar a los 14 años, becado por Don Porfirio Díaz, en agradecimiento a los servicios prestados por su padre. Fue un alumno distinguido, sobresalió en matemáticas y ciencias físicas. Ángeles no tardó en destacar en sus estudios y en su carrera militar, su inteligencia le permitió desempeñarse como maestro y alumno, comenzó siendo cadete y militar bajo el régimen de Porfirio Díaz.
En 1892 egresó del Colegio con el grado de Teniente de Ingenieros y se desempeñó, entre otras actividades, como analista. Autor de artículos sobre balística y geometría.
En 1908 fue nombrado Coronel y director de la escuela de tiro. Toda su capacidad le valió para ser un militar polémico, que conquistaba tanto respeto como la envidia de sus colegas. Esta forma de actuar, frenó su ascenso militar y lo obligó a permanecer en el extranjero. Tras de realizar sus estudios en Francia, el entonces Presidente Constitucional de la República, Francisco I. Madero le asignó el cargo de director del Colegio Militar de Chapultepec en 1911. Finalmente es nombrado General Brigadier. Durante su cargo en el Colegio Militar se vio fortalecido por el orden, progreso, estudio y apego a la verdad.
A partir de entonces, Ángeles se vio envuelto en una serie de intrigas, envidias, tanto por la adquisición de nuevos cargos y honores de que era objeto, como por la amistad que lo unía a Madero.
Tomó cursos en Francia y Estados Unidos de pólvora sin humo, artillería, balística y tiro entre otros. Su cultura se extendía al dominio del inglés, francés y alemán. Con motivo de la Rebelión de Pascual Orozco, Ángeles organizó batallones en favor del gobierno y fue el hombre de confianza del Presidente.
Participó como Comandante de las fuerzas que operaban en el estado de Morelos contra la insurrección zapatista; en esa campaña se propuso evitar los excesos que cometían las tropas contra los campesinos. En un largo artículo con el título de Genovevo de la O, reconoció la capacidad de este Jefe Guerrillero y la justa razón de su rebeldía.
Criticó la violencia y la crueldad de Juvencio Robles y Adolfo Jiménez Castro. No llegó a comprender las causas profundas y la importancia histórica de la Revolución Agraria que encabezaba Zapata, pero su actitud humanitaria le permitió establecer trato político con el caudillo suriano.
Al producirse el Cuartelazo de la Ciudadela y dudando de la lealtad de Victoriano Huerta, el Presidente Madero dispuso que Ángeles y sus tropas se trasladaran a la capital con el propósito de nombrarlo jefe de la Plaza y encargado de las operaciones contra los rebeldes. Consideraciones de jerarquía militar y la opinión adversa de su gabinete hicieron desistir a Madero en su intención y Ángeles quedó en una posición subordinada que le impidió actuar con eficacia.
Fue aprehendido al mismo tiempo que Madero y Pino Suárez y encerrado en el mismo cuarto del Palacio Nacional, se le mantuvo preso hasta el 29 de julio de 1913; se le desterró a Francia simulando un trabajo militar. Tiempo después regresó a México en secreto y se presentó ante Venustiano Carranza.
Una vez derrotado Huerta, se iniciaron los trabajos para organizar la Convención de Aguascalientes que iniciaría sus sesiones el 10 de octubre de 1914. El 12 de octubre, el General Ángeles "se levantó de su asiento y le pidió cortésmente al presidente de la Convención el uso de la palabra. Se impuso el silencio en el teatro, pues tanto los delegados como los observadores estaban ansiosos de escuchar al portavoz de Villa. Entonces Ángeles procedió a leer con voz clara y sonora, una carta que dijo haber recibido ese día de un general zapatista llamado Samuel Fernández.








La carta se refería primero a las conversaciones que el autor y Ángeles habían sostenido en Aguascalientes como representantes de la División del Norte y del Ejército Liberador de Zapata en el sur. Hacía notar que los dos hombres"(1). "... habían llegado a un acuerdo de principios y tendencias de la División del Norte, con los consignados en el Plan de Ayala que sostiene el Ejército Libertador. Después la carta expresaba que se había autorizado a Ángeles para que declarara ante la Convención que, como la División del Norte tenía una obligación moral de velar por los intereses de sus hermanos del Sur, no debía llegar a ningún acuerdo en la Convención hasta que el Ejército Libertador también estuviera representado"(2). Expresó que la pacificación del país era una de las principales tareas de la Convención.
Cuando Ángeles terminó su intervención, el público estalló en vítores para él, para Villa y para la División del Norte. La Convención acordó invitarlo a la próxima sesión para escuchar su punto de vista respecto a la presencia de Zapata en dicha Convención. El 4 de diciembre Villa y Zapata se reunieron en Xochimilco y acordaron colaborar en la nueva campaña que se emprendería contra Carranza.
La relación con Carranza no fue buena desde el principio; así se alió con Francisco Villa aunque tampoco fue buena su relación. Fue gobernador provisional de Coahuila del 6 al 12 de enero de 1915.
En la batalla de Aguascalientes, hubo descontrol y la División de Norte se desintegró y Ángeles se exilió en el Paso Texas, en diciembre de 1915. Regresó a México tres años después para entrevistarse con Villa y unir a todos los grupos revolucionarios levantados en armas contra Carranza; este intento fracasó y decidió seguir por su cuenta; en noviembre de 1919 fue traicionado por uno de sus oficiales. Fue aprehendido por tropas del gobierno el 15 de noviembre de 1919.
Conducido a la capital de Chihuahua, se le formó consejo extraordinario de guerra, el cual lo condenó a muerte por el delito de rebelión. La sentencia se ejecutó el 26 de noviembre. Durante el juicio, Ángeles habló largas horas; no tanto para defenderse, sino para justificar su vida y formular su testamento político: "Mi muerte hará más bien a la causa democrática que todas las gestiones de mi vida. La sangre de los mártires fecundiza las buenas causas". De esas palabras, como de sus discursos y escritos se desprende con claridad la tragedia de un hombre que, formado en el antiguo régimen, quiso sinceramente abrazar la causa revolucionaria, pero no pudo olvidar ni hacer a un lado su pasado y fue víctima de sus propias contradicciones. Fue fusilado el 26 de noviembre de 1919.
En todo caso, la historia ha absuelto al mártir revolucionario Felipe Ángeles y la Patria le ha consagrado un sitio en su altar.
Felipe Ángeles era un hombre apasionado y contradictorio, de espíritu crítico, accionista silencioso, carácter humilde, activo, capaz de obedecer y dar órdenes mayores; al mismo tiempo rebelde e impetuoso. Fue un militar que veía la guerra con un matiz poco poético y a la vez salvaje; tenía fe en el pueblo; veía obstáculos en la realización, de gran cultura, apreciaba a los humildes y campesinos; ciudadano de paz; así, interesado en sus acciones militares y políticas lo llevaron a marcar una página más de la Historia de México.
El General Ángeles fue el militar más preparado que participó en la Revolución; el 15 de noviembre de 1941, al cumplirse el XXII aniversario de su muerte fue nombrado Hijo del estado de Hidalgo, su entidad natal. Sobre su personalidad y hazañas existen artículos, libros, novelas y obras de teatro, que lo asignan como bondadoso y honesto; los detractores se encargaron de verter opiniones en contra de Ángeles y lo describen ambicioso e intrigante, finalmente eran gajes de la controvertida figura del revolucionario mexicano.


BIBLIOGRAFIA Y FUENTES CONSULTADAS:


Bibliografía:
Angeles Contreras, Jesús. Felipe Angeles su vida y su obra. UAEH. Pachuca 1996.
Benítez, Fernando. Lázaro Cárdenas y la Revolución Mexicana. Biblioteca Joven, Fondo de Cultura Económica. 1984
Alvarez, José Rogelio. Enciclopedia de México. Ed. Sobeca International Investment Corporation. 1994
Diccionario Enciclopédico de Personajes Ilustres de México.
Así fue la Revolución Mexicana. Los Protagonistas. S.E.P. Conafe 1985
Jackson, Byron L. Felipe Angeles, político y estratega. Fomento Cultural Espejo, México 1989
Lavretski, I. Pancho Villa. Ed. Lautaro. Argentina 1965


http://www.redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/publicaciones/publi_quepaso/felipe_angeles.htm